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miércoles, 9 de noviembre de 2016

El comienzo de la Era Espacial: la crisis del Sputnik

El lanzamiento del Sputnik-1, seguido a los pocos meses del Sputnik-2, causó una conmoción en la clase dirigente de los Estados Unidos, desencadenando una serie de acontecimientos que provocó el replanteamiento de políticas que abarcaban ámbitos tan diversos como la defensa, la investigación científica y técnica o la educación. Todos estos hechos que tuvieron lugar a finales de la década de los cincuenta del siglo XX, pero cuyas consecuencias se prolongaron mucho más en el tiempo, se engloban bajo la denominación de crisis del Sputnik .
Desde el punto de vista de la defensa resulta razonable pensar que si alguien es capaz de poner en órbita un satélite también puede usar esa tecnología para lanzar proyectiles de largo alcance de una parte de la Tierra a otra. Por tanto, nada tiene de extraño que en los Estados Unidos se tomaran medidas de carácter militar, incluyendo la creación de organismos como la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) o la NASA (National Aeronautics and Space Act). Sin embargo, hay un aspecto en la crisis del Sputnik que siempre me ha llamado la atención porque no es inmediato comprender que se produjera. Me refiero al proceso de reforma de la enseñanza que se inició en los Estados Unidos y que luego se extendió a un gran número de países. Producto de este programa de reformas fue la denominada “STEM (science, technology, engineering and mathematics) education”, donde se planteaban los procesos de enseñanza aprendizaje de estas materias incidiendo en lo que hoy llamaríamos interdisciplinariedad.
La reforma no consistió en meros cambios burocráticos o de los currículos sino que se planteó de forma seria y profunda con una notable inversión en educación y en investigación educativa; se pensó que si se pretendía cambiar los patrones metodológicos e idear nuevos recursos didácticos era necesario investigar más en educación. Esto propició la formación de numerosos investigadores que pusieron las bases de las transformaciones que se debían realizar tanto en los currículos como en las metodologías (1). No deja de ser un hecho notable que la reforma educativa del Sputnik siga atrayendo todavía a estudiosos e investigadores -a modo de ejemplo ver (2) - y que permanezca presente en la memoria de los dirigentes de los Estados Unidos. Así, cuando en el año 2010 el presidente Obama se refería a la necesidad de aumentar la inversión en educación y ciencia, hablaba de propiciar un "New Sputnik Moment” (3).
Está claro que cuando la Unión Soviética lanzó con éxito el Sputnik alguien en los Estados Unidos con la suficiente lucidez se percató que detrás de ese evento había científicos, ingenieros y técnicos de diferentes niveles y de campos diversos, que habían adquirido una sólida formación en un sistema educativo eficiente o, en términos actuales, que había alcanzado la excelencia. También debió percatarse que este sistema educativo era superior al americano, y que si éste último no se reformaba no dotaría a sus profesionales de la cualificación necesaria en la ciencia y en la técnica para estar a la altura los logros conseguidos en La Unión Soviética. Resulta evidente el mérito de las personas que abordaron el asunto desde esta perspectiva y, también, la fortuna que tuvieron al ser escuchadas por aquellos que tenían el poder para acometer una reforma educativa de esta envergadura. Por sus consecuencias en la ciencia y en la cultura, quizás, este sea el hecho más relevante de la crisis del Sputnik.
Este aspecto del lanzamiento del Sputnik siempre me llamó la atención desde que, hace ya muchos años, asistí a una conferencia en la que el profesor que la impartía se refirió a la implantación en España de la denominada “Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa” (1970) –la ley del ministro José Luis Villar Palasí que, entre otras cosas, introdujo la famosa EGB-. Según el conferenciante, la profunda reforma educativa que dicha ley supuso era consecuencia de la oleada de transformaciones en la educación que la crisis del Sputnik había producido en los países que estaban bajo la influencia de los Estados Unidos.
El primer sello que mostramos en esta entrada homenajea en el centenario de su nacimiento a uno de los excelentes ingenieros aeroespaciales formados en la Unión Soviética. Nos referimos a Valentín Petróvich Glushkó (Валентин Петрович Глушко) (1908-1989), uno de los grandes diseñadores de motores de cohetes de la URSS y gran entusiasta de los viajes espaciales. El valor facial del sello es de 8 kopecks y como fondo de la imagen de Glushkó aparecen un esbozo de un diseño junto a un cohete en el momento del lanzamiento.




Siguiendo en la misma línea mostramos dos sellos que homenajean al “ingeniero jefe” Serguéi Pávlovich Koroliov (Серге́й Па́влович Королёв) (1907-1966) en el vigésimo aniversario (1977) del lanzamiento de Sputnik. El primero es un sello de Checoslovaquia con un valor facial de 20 hellers –el heller es la centésima parte de la corona-. El segundo es un sello de Guinea Ecuatorial donde aparece una imagen del Sputnik junto a otra de Koroliov en una medalla. Su valor es de 2 ekueles. El ekuele fue la unidad monetaria de Guinea Ecuatorial desde 1975 a 1985, año en el que se implantó el franco CFA de África central, moneda que comparte con otras naciones de la zona. Este sello pertenece al periodo comprendido entre 1972 y 1979, cuando el gobierno guineano emitió ingentes cantidades de series filatélicas de temáticas diversas dedicadas al coleccionismo.



Finalizamos con una nueva imagen del Sputnik-1. Esta vez procedente de un sello emitido en Mongolia para conmemorar “UNISPACE 82”, la conferencia sobre la explotación pacífica del espacio celebrada en Viena en agosto de 1982. El valor facial del sello es de 60 mongos. (La unidad monetaria de Mongolia es el Tugrik, cuya centésima parte era el mongo, que no se utiliza actualmente).



Referencias
1.- Úrsula Casanova y David Berliner, “La investigación educativa en Estados Unidos: el último cuarto de siglo”, Revista de Educación 312(1997) pág. 43-80.
2.- B. Ferreira Dos Santos, “La reforma del Sputnik en la enseñanza de la química escolar en La Argentina, 1956-1973”, II Jornadas de Enseñanza e Investigación Educativa en el campo de las Ciencias Exactas y Naturales Actas, II (2): 107-111, 2009. La Plata.
3.- http://thecaucus.blogs.nytimes.com/2010/12/06/obama-calls-for-new-sputnik-moment/?_r=0.

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