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lunes, 19 de diciembre de 2016

El satélite Explorer-1 (1-II-1958)

El primer intento de poner un satélite en órbita por parte de los Estados Unidos se realizó dentro del marco del programa Vanguard en la década de los años cincuenta del siglo XX. La denominación Vanguard se aplicó tanto a los satélites como a los cohetes de lanzamiento. El 6 de diciembre de 1957 se iba a proceder al lanzamiento de satélite Vanguard TV3 mediante un cohete Vanguard de tres fases, pero no se elevó y explotó en el lugar del lanzamiento. La urgencia por realizar un lanzamiento con éxito por parte de los Estados Unidos debido a la puesta en órbita de los dos primeros Sputnik llevó al nacimiento del programa Explorer. Éste fue la prolongación de un primitivo proyecto denominado Orbiter y utilizó en su primera misión el cohete llamado Juno-1, una modificación del misil balístico tipo Jupiter-C adaptado para albergar al satélite Explorer-1, que sería el primero en ser puesto en órbita por los Estados Unidos. El lanzamiento se realizó en Cabo Cañaveral (La Florida) el 1 de febrero de 1958.


El primer sello que se expone presenta la imagen del cohete Juno-1; pertenece a una hoja filatélica emitida en 2008 por el pequeño país caribeño de Monserrat para conmemorar el cincuenta aniversario de la puesta en órbita del Explorer-1. El valor facial del sello es de 3,55 dólares del Caribe Oriental, moneda compartida por un conjunto de pequeños países que eran antiguas colonias británicas y que siguen manteniendo estrechos lazos con el Reino Unido, el cual sigue incluso acuñando su circulante metálico.
Tanto la forma como el lanzamiento del satélite Explorer-1 quedan ilustrados en el siguiente sello. Se trata de una emisión de Rumanía del año 2008 para conmemorar el 50 aniversario de su lanzamiento; su valor facial es de 1 leu, nombre de la unidad monetaria en curso. (A pesar de que el sello es de 1 leu, aparece la palabra lei que es el plural de leu; probablemente se utiliza el plural al escribir la cantidad con dos decimales: 1,00 lei). En un primer plano aparece el satélite Explorer-1, que tenía una forma alargada similar a la de un cohete de 203 centímetros de largo -80 pulgadas- y 15,9 centímetros de diámetro -6,25 pulgadas. (Fuente: la NASA).


La masa del Explorer-1 era de 13,97 kilogramos, un sexto de la del Sputnik-1, cuya imagen también aparece en el sello en un segundo plano. La parte derecha del sello está dedicada al cohete Juno-1 en el momento de su lanzamiento.
La hoja filatélica de Monserrat que se expone a continuación también conmemora el lanzamiento del Explorer-1. Contiene un sello dentado con un valor de 7 dólares caribeños con una imagen de un satélite que parece ser del Explorer-3 y no del Explorer-1. (Comparar con la imagen del sello de Rumanía que sí es del Explorer-1).


El instrumento científico más importante instalado en el Explorer-1 era un detector de rayos cósmicos. Las lecturas del detector produjo cantidades menores a las esperadas, y el doctor James Van Allen, de la universidad de Iowa, investigador principal de estos experimentos, las atribuyo a la saturación del detector debido a la gran cantidad de partículas cargadas que existirían en el entorno del satélite al estar atrapadas por el campo magnético terrestre; esa capa de partículas se conoce desde entonces como cinturón de Van Allen. El satélite Explorer-1 estaba equipado para realizar otros experimentos. Así, llevaba un detector de micometeoritos y los aparatos necesarios para medir la densidad atmosférica en las capas altas de la atmósfera.
El sello que se exhibe a continuación, procedente de la hoja filatélica de Monserrat ya mencionada, conmemora el descubrimiento del cinturón de partículas mostrando una fotografía de Van Allen.


En la misma hoja aparece también un sello con la fotografía con los tres artífices de la misión sosteniendo una reproducción del Explorer-1. A saber, el doctor William H. Pickering, director del Jet Propulsion Laboratory, institución donde se construyo el satélite; el doctor James A. Van Allen, que se ocupó de la instrumentación científica; y el doctor Wernher von Braun, jefe del equipo que construyó el cohete que lanzó el Explorer-1.



Los datos proporcionados por la NASA informan que la órbita del Explorer-1 era una elipse cuyo perigeo estaba a una altura de 358 kilómetros sobre la superficie terrestre y su apogeo a 2550 kilómetros; la excentricidad de la órbita tenía un valor de e= 0.13985; su inclinación era de i=33,24º; y el periodo orbital de T=114,8 minutos. Transmitió datos a la Tierra hasta el 23 de mayo de 1958, pero se mantuvo en órbita hasta el 31 de marzo de 1970, fecha en el que se destruyó en el proceso de caída sobre la Tierra.
Como curiosidad hemos calculado las órbitas del Sputnik-1 y del Explorer-1 para compararlas. Ambas se encontraban en planos distintos, ya que poseían inclinaciones diferentes; también tenían orientaciones distintas, pues los respectivos valores del argumento del perigeo eran distintos. Sin embargo, para que la comparación pudiera hacerse con una simple ojeada las hemos situado en el mismo plano y con la misma orientación. También se ha incluido un dibujo de la Tierra en la misma escala que las dimensiones de las órbitas. En la siguiente fotografía se presenta el resultado y enseguida se observa las diferencias entre ambas.



Referencias
1.- https://es.wikipedia.org/wiki/J%C3%BApiter-C
2.- https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%B3lar_del_Caribe_Oriental
3.- https://www.nasa.gov/mission_pages/explorer/explorer-overview.html
4.- http://nssdc.gsfc.nasa.gov/nmc/experimentSearch.do?spacecraft=Explorer%20%201
5.- http://nssdc.gsfc.nasa.gov/nmc/spacecraftOrbit.do?id=1958-001A

miércoles, 30 de noviembre de 2016

El programa Sputnik: la misión Sputnik-2 (3-XI-1957)

El día 3 de noviembre de 1957, un mes después de la puesta en órbita del Sputnik-1, se lanzó con éxito el satélite Sputnik-2. El vehículo espacial tenía una masa de 508Kg y un diseño más elaborado que el anterior, ya que se proyectó para transportar a un ser vivo hasta ponerlo en órbita alrededor de la Tierra. La tripulante del satélite fue la hoy famosa perrita Laika. Su forma queda ilustrada con bastante fidelidad en el sello de Hungría que aparece a continuación,


Está fechado en 1975 y corresponde a una serie filatélica emitida para conmemorar el encuentro de la nave soviética Soyuz-19 con la estadounidense Apolo efectuado ese mismo año –el escudo de la misión aparece en la parte superior izquierda del sello-. El valor facial del sello es de 40 fileres –un filer, que actualmente no circula dado su escaso valor, es la centésima parte de la unidad monetaria húngara, el forint-. La leyenda de la parte superior “Lajka kutya” se traduce del magiar como “perra Laika”, en referencia a la tripulante del Sputnik-2.
En la imagen del sello se aprecia la forma cónica del satélite, que tenía una altura de 4m y un diámetro en su base de 2m. Los diferentes compartimentos de que constaba el vehículo espacial también aparecen claramente en el dibujo. En ellos iban alojados transmisores de radios, un sistema de telemetría, un sistema de control de temperatura y dos espectrofotómetros para medir las emisiones de rayos X y de radiación ultravioleta procedente del Sol, así como la radiación cósmica (1). El mayor compartimiento, el situado sobre la base del cono, era el destinado a servir de habitáculo a Laika, primer animal que realizó un movimiento orbital alrededor de la Tierra.
A continuación se muestra el sello emitido en Mongolia en 1982 para celebrar la primera conferencia de las Naciones Unidas sobre la exploración espacial, que tuvo lugar en Viena en agosto de ese año. En este caso, también se utilizó para conmemorar el 25 aniversario de la efeméride del Sputnik-2, siendo Laika el motivo principal del sello.



El Sputnik-2 fue puesto en órbita mediante un cohete del tipo R-7 Semyorka, similar al usado con el Sputnik-1. El sello de Mongolia que se expone a continuación muestra un dibujo idealizado del lanzamiento junto una imagen de la tripulante.



El bloque compuesto por dos sellos, que se muestra en la parte lateral del texto, corresponde a una emisión de 1987 de Corea de Norte para conmemorar el treinta aniversario de los lanzamientos del Sputnik-1 y del Sputnik-2. En el primero de los sellos, cuyo valor facial es de 10전 (chŏn), se puede ver un dibujo del Sputnik-1, mientras que en el segundo, de 20 전 (chŏn), aparece una imagen de Laika.

Referencia
1.- http://nssdc.gsfc.nasa.gov/nmc/spacecraftDisplay.do?id=1957-002A

miércoles, 9 de noviembre de 2016

El comienzo de la Era Espacial: la crisis del Sputnik

El lanzamiento del Sputnik-1, seguido a los pocos meses del Sputnik-2, causó una conmoción en la clase dirigente de los Estados Unidos, desencadenando una serie de acontecimientos que provocó el replanteamiento de políticas que abarcaban ámbitos tan diversos como la defensa, la investigación científica y técnica o la educación. Todos estos hechos que tuvieron lugar a finales de la década de los cincuenta del siglo XX, pero cuyas consecuencias se prolongaron mucho más en el tiempo, se engloban bajo la denominación de crisis del Sputnik .
Desde el punto de vista de la defensa resulta razonable pensar que si alguien es capaz de poner en órbita un satélite también puede usar esa tecnología para lanzar proyectiles de largo alcance de una parte de la Tierra a otra. Por tanto, nada tiene de extraño que en los Estados Unidos se tomaran medidas de carácter militar, incluyendo la creación de organismos como la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) o la NASA (National Aeronautics and Space Act). Sin embargo, hay un aspecto en la crisis del Sputnik que siempre me ha llamado la atención porque no es inmediato comprender que se produjera. Me refiero al proceso de reforma de la enseñanza que se inició en los Estados Unidos y que luego se extendió a un gran número de países. Producto de este programa de reformas fue la denominada “STEM (science, technology, engineering and mathematics) education”, donde se planteaban los procesos de enseñanza aprendizaje de estas materias incidiendo en lo que hoy llamaríamos interdisciplinariedad.
La reforma no consistió en meros cambios burocráticos o de los currículos sino que se planteó de forma seria y profunda con una notable inversión en educación y en investigación educativa; se pensó que si se pretendía cambiar los patrones metodológicos e idear nuevos recursos didácticos era necesario investigar más en educación. Esto propició la formación de numerosos investigadores que pusieron las bases de las transformaciones que se debían realizar tanto en los currículos como en las metodologías (1). No deja de ser un hecho notable que la reforma educativa del Sputnik siga atrayendo todavía a estudiosos e investigadores -a modo de ejemplo ver (2) - y que permanezca presente en la memoria de los dirigentes de los Estados Unidos. Así, cuando en el año 2010 el presidente Obama se refería a la necesidad de aumentar la inversión en educación y ciencia, hablaba de propiciar un "New Sputnik Moment” (3).
Está claro que cuando la Unión Soviética lanzó con éxito el Sputnik alguien en los Estados Unidos con la suficiente lucidez se percató que detrás de ese evento había científicos, ingenieros y técnicos de diferentes niveles y de campos diversos, que habían adquirido una sólida formación en un sistema educativo eficiente o, en términos actuales, que había alcanzado la excelencia. También debió percatarse que este sistema educativo era superior al americano, y que si éste último no se reformaba no dotaría a sus profesionales de la cualificación necesaria en la ciencia y en la técnica para estar a la altura los logros conseguidos en La Unión Soviética. Resulta evidente el mérito de las personas que abordaron el asunto desde esta perspectiva y, también, la fortuna que tuvieron al ser escuchadas por aquellos que tenían el poder para acometer una reforma educativa de esta envergadura. Por sus consecuencias en la ciencia y en la cultura, quizás, este sea el hecho más relevante de la crisis del Sputnik.
Este aspecto del lanzamiento del Sputnik siempre me llamó la atención desde que, hace ya muchos años, asistí a una conferencia en la que el profesor que la impartía se refirió a la implantación en España de la denominada “Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa” (1970) –la ley del ministro José Luis Villar Palasí que, entre otras cosas, introdujo la famosa EGB-. Según el conferenciante, la profunda reforma educativa que dicha ley supuso era consecuencia de la oleada de transformaciones en la educación que la crisis del Sputnik había producido en los países que estaban bajo la influencia de los Estados Unidos.
El primer sello que mostramos en esta entrada homenajea en el centenario de su nacimiento a uno de los excelentes ingenieros aeroespaciales formados en la Unión Soviética. Nos referimos a Valentín Petróvich Glushkó (Валентин Петрович Глушко) (1908-1989), uno de los grandes diseñadores de motores de cohetes de la URSS y gran entusiasta de los viajes espaciales. El valor facial del sello es de 8 kopecks y como fondo de la imagen de Glushkó aparecen un esbozo de un diseño junto a un cohete en el momento del lanzamiento.




Siguiendo en la misma línea mostramos dos sellos que homenajean al “ingeniero jefe” Serguéi Pávlovich Koroliov (Серге́й Па́влович Королёв) (1907-1966) en el vigésimo aniversario (1977) del lanzamiento de Sputnik. El primero es un sello de Checoslovaquia con un valor facial de 20 hellers –el heller es la centésima parte de la corona-. El segundo es un sello de Guinea Ecuatorial donde aparece una imagen del Sputnik junto a otra de Koroliov en una medalla. Su valor es de 2 ekueles. El ekuele fue la unidad monetaria de Guinea Ecuatorial desde 1975 a 1985, año en el que se implantó el franco CFA de África central, moneda que comparte con otras naciones de la zona. Este sello pertenece al periodo comprendido entre 1972 y 1979, cuando el gobierno guineano emitió ingentes cantidades de series filatélicas de temáticas diversas dedicadas al coleccionismo.



Finalizamos con una nueva imagen del Sputnik-1. Esta vez procedente de un sello emitido en Mongolia para conmemorar “UNISPACE 82”, la conferencia sobre la explotación pacífica del espacio celebrada en Viena en agosto de 1982. El valor facial del sello es de 60 mongos. (La unidad monetaria de Mongolia es el Tugrik, cuya centésima parte era el mongo, que no se utiliza actualmente).



Referencias
1.- Úrsula Casanova y David Berliner, “La investigación educativa en Estados Unidos: el último cuarto de siglo”, Revista de Educación 312(1997) pág. 43-80.
2.- B. Ferreira Dos Santos, “La reforma del Sputnik en la enseñanza de la química escolar en La Argentina, 1956-1973”, II Jornadas de Enseñanza e Investigación Educativa en el campo de las Ciencias Exactas y Naturales Actas, II (2): 107-111, 2009. La Plata.
3.- http://thecaucus.blogs.nytimes.com/2010/12/06/obama-calls-for-new-sputnik-moment/?_r=0.

lunes, 24 de octubre de 2016

El comienzo de la Era Espacial: el Sputnik-1 (4-X-1957)

El satélite Sputnik-1 (la palabra rusa Спутник significa “compañero de viaje”), también llamado PS-1 (Простейший Спутник-1: Satélite Simplificado-1), fue el primer artefacto humano puesto en órbita alrededor de la Tierra. Su lanzamiento se planeó como contribución al primer Año Geofísico Internacional (IGY, julio de 1957- diciembre de 1958). El inicio del proyecto puede fecharse en 1954, cuando Mstislav Vsévolodovich Kéldysh (físico matemático, 1911-1978), Mikhail Klavdievich Tikhonravov (pionero en el diseño de cohetes y vehículos espaciales, 1900-1974) y Serguéi Pávlovich Koroliov (ingeniero especializado en el diseño de cohetes, 1907-1966) enviaron una carta al gobierno soviético proponiendo la idea de construir un satélite artificial y lanzarlo para ponerlo en órbita alrededor de la Tierra. 
La misión fue llevada a cabo bajo la dirección de Serguéi Koroliov y en ella intervinieron científicos, ingenieros y técnicos de todo tipo, cuya sólida formación se sustentaba en los muchos años de experiencia que existían en Rusia en las disciplinas científicas y técnicas relacionadas con la astronáutica. Así, por ejemplo, en el temprano año de 1903, el pionero de la teoría astronáutica Konstantin Eduardovich Tsiolkovsky (1857-1935) ya publicaba un trabajo titulado "La exploración del espacio exterior mediante el uso de cohetes" (en ruso: "Исследование мировых пространств реактивными приборами"). El 4 de octubre de 1957 tuvo lugar el lanzamiento en la base de Tyura-Tam -el lugar se denominó posteriormente cosmódromo de Baikonur- situada en la actual República de Kazajistán. La misión tuvo éxito y el Sputnik-1 fue puesto en órbita; obtuvo información sobre la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de las ondas de radios en la ionosfera. También iba equipado con sensores que le permitieron medir los valores de la temperatura tanto en el interior como en el exterior de la cápsula. La puesta en órbita del satélite Sputnik-1 se reconoce internacionalmente como el evento que da comienzo a la Era Espacial. 
Los dos sellos que se exponen a continuación pertenecen a una serie emitida en la Unión Soviética en 1986 para rendir homenaje a los científicos e ingenieros cuyo trabajo pionero permitió construir, lanzar y poner en órbita el Sputnik-1. En el primero de ello, cuyo valor facial es de 5 kopeks, aparece la imagen del K. E. Tsiolkovsky junto a un diseño futurista de una estación espacial; y en el segundo, de 10 kopeks, la de S. P. Koroliov junto a al dibujo de un cohete de los muchos que, bajo su dirección, se construyeron en la Unión Soviética en la primera etapa de la Era Espacial.


Acompañando a los sellos se muestra una imagen de la moneda de 5 kopeks, valor facial del primero de los sellos expuestos, emitida en 1979. Como es sabido el kopek (копеек, plural de más de 5, singular: kopeika, копейка) es el céntimo del rublo. 
La forma del Sputnik-1, ya legendaria, puede observarse claramente en las siguientes imágenes:


La primera pertenece a una serie emitida por la URSS en 1987 para conmemorar el 30 aniversario de su lanzamiento. El sello tiene un valor facial de 10 kopeks y en él aparece un dibujo del satélite sobre el globo terráqueo. 
La segunda imagen es un sello conmemorativo de Bulgaria con un valor facial de 5 stotinki (стотинки, singular: stotinka, стотинка; el stontinki es el céntimo del lev). El año de emisión es 1990 y pertenece a una serie dedicada a mostrar naves espaciales tanto rusas como americanas. (Se exponen dos fotografías de las monedas correspondientes a los valores faciales de los sellos). 
El cuerpo del satélite era una esfera de aluminio con una masa de 83,6 Kg y un diámetro de 58 cm. Iba equipado con cuatro antenas de radio de entre 2,4 y 2,9 metros de largo, que se utilizaron para las emisiones de los transmisores que funcionaban con baterías. 
El lanzamiento del Sputnik-1 queda ilustrado con la siguiente hoja filatélica emitida en la URSS en 1982 para conmemorar el 25 aniversario de la efeméride. Tiene un sello dentado incrustado de valor facial 50 kopeks donde queda centrada la imagen del satélite. En el resto de la hoja aparece la Tierra sobre un cielo estrellado y un dibujo del cohete que puso en órbita al satélite. El diseño de dicha nave se basaba en la modificación del primer cohete balístico intercontinental proyectado con éxito por un equipo dirigido por S. P. Koroliov y recibió el nombre de R-7 Semyorka (en ruso: Р-7 Семёрка: “el siete”). Según los datos que figuran en la Red, su masa era 280 toneladas, su longitud de casi 30 metros y la anchura variaba entre los 3 metros del diámetro de su parte central a los algo más de 10 metros de su base. El combustible que utilizaba era oxígeno líquido y queroseno y podía transportar una carga de 5,5 toneladas


El enorme vehículo R-7 Semyorka tenía dos etapas con un conjunto de bloques que se desprendían cuando ya no eran necesarios. Una parte de la nave de 27 metros de longitud y 7,5 toneladas llegó a la órbita llevando el Sputnik-1 y, una vez separado éste, también se puso en órbita. (Todo el proceso de la puesta en órbita del Sputnik-1 está descrito con todo lujo de detalles en el excelente blog del astrofísico Daniel Marín Arcones ).
La imagen siguiente pretende ilustrar la órbita del Sputnik-1. Es un sello de Corea del Norte emitido en 1984 con un valor facial de 30 chon (chŏn: 전; centésima parte de la unidad monetaria: el wŏn: 원). En él se muestra un dibujo de la Tierra con el Sputnik-1 en órbita. En la parte inferior, en primer plano, aparece una imagen del Monumento a los Conquistadores del Espacio, inaugurado en Moscú el 4 de octubre de 1964, que representa el lanzamiento de una nave espacial. En un segundo plano se vislumbra un perfil de los edificios del Kremlin. Con la leyenda en inglés “K. E. Tsiolkovsky and the Universe”, el sello también rinde homenaje al sabio ruso pionero de la astronáutica.


La órbita elíptica que describió el Sputnik-1 tenía una excentricidad e=0,05201; su apogeo estaba situado a 947 kilómetros sobre la superficie terrestre y el perigeo a 228 kilómetros. El satélite permaneció en órbita 92 días, hasta el 4 de enero de 1958, realizando 1440 vueltas alrededor de la Tierra.
Para finalizar esta entrada exponemos una fotografía con dos sellos iguales emitidos en la URSS en 1984 para conmemorar el día de la cosmonáutica. Sus valores son de 10 kopeks y en ellos se muestra a un astronauta sosteniendo (o impulsando) el Sputnik-1 con las dos manos. En la parte inferior derecha aparece una pequeña imagen del satélite militar de comunicaciones soviético Mólniya-1, del que se hablará en su momento. La leyenda en los sellos expresa un mensaje paz y progreso.


Referencia
https://www.youtube.com/watch?v=TFS316SzGFQ.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Presentación

Se conoce como astrofilatelia al coleccionismo, clasificación y estudio de sellos, sobres y documentos postales cuya temática trata cualquier aspecto relacionado con la astronáutica. Así pues, todas las facetas de la exploración espacial: historia, aspectos científicos y técnicos, misiones tripuladas o no fuera de la atmósfera terrestre, etc. pueden documentar los sellos incluidos en esta rama de la filatelia. 
La astrofilatelia nació como cuerpo temático a raíz de la puesta en órbita (terrestre) del satélite ruso Sputnik-1, el 4 de octubre de 1957. Aunque durante mucho tiempo los protagonistas exclusivos de la astronáutica fueron La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS, Rusia) y los Estados Unidos de América (EEUU, USA), con el paso del tiempo casi todos los países de Mundo fueron emitiendo sellos para conmemorar eventos relacionados con la exploración del espacio. De esta forma se ha generado una enorme cantidad y variedad de material filatélico, cada vez de mejor calidad, que ha hecho posible la existencia de la astrofilatelia como rama diferenciada dentro de la filatelia, siendo reconocida como tal por La Fédération Internationale de Philatélie (FIP). 
En cuanto a los objetivos de este blog, he de decir que durante un tiempo fui coleccionista de sellos y, aunque actualmente no soy un coleccionista en activo, me siguen interesando los sellos cuya temática es propia de la astrofilatelia. Así, cuando viajo o tengo la oportunidad adquiero sellos con imágenes referidas a la exploración espacial. De esta manera, casi sin proponérmelo, he conseguido una modestísima colección, que ahora me propongo clasificar. Teniendo este objetivo en la mente, he pensado que una forma distraída de llevarlo a cabo es crear este blog para ir exponiendo los sellos con un cierto orden y describir la información contenida en cada uno de ellos.


Para ilustrar esta entrada de presentación se ha elegido el mismo motivo que en la cabecera del blog: una hoja filatélica emitida en Bulgaria en el año 2007 para conmemorar el cincuenta aniversario del lanzamiento del satélite soviético Sputnik-1. Como puede observarse en la fotografía, la hoja filatélica tiene incrustado un sello dentado de un valor facial de 1 lev (1 лев) –en plural leva (лева)- donde aparece la ya famosa imagen del Sputnik-1. La amplitud de la hoja filatélica permite situar al satélite en una imagen más amplia en la que aparecen la Tierra y otro astro -la Luna o, quizás, Marte si se tiene en cuenta su color rojo- en la inmensidad de un espacio estrellado. No he querido dejar pasar la oportunidad de incluir una fotografía de la bonita moneda búlgara de 1 lev acuñada en 2002, correspondiente al valor facial del sello, donde aparece la imagen de san Juan de Rila, santo muy venerado en Bulgaria. (Siempre que sea posible incluiré imágenes de las monedas en circulación con los valores faciales de los sellos expuestos).